Segunda jornada |
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YZUF y AURELIO . |
YZUF | Trecientos escudos di, | | Aurelio, por la doncella. | | Esto di al turco, que a ella | | alma y vida le rendí; | | y es poco, según es bella. | 5 | Vendiómela de aburrido, | | que dice que no ha podido, | | mientras la tuvo en poder, | | en ningún modo atraer | | al amoroso partido. | 10 | Púsela en casa de un moro, | | sin osarla traer acá, | | y allí está donde ella está | | todo mi bien y tesoro, | | y la gloria que amor da. | 15 | Allí se ve la bondad | | junto con la crueldad | | mayor que se vio en la tierra; | | y juntas, sin hacer guerra, | | belleza y honestidad. | 20 | | | No pueden prometimientos | | ablandar su duro pecho. | | Veme en lágrimas deshecho, | | y ofrece siempre a los vientos | | cuantos servicios la he hecho. | 25 | No echa de ver su ventura, | | ni cómo el dolor me apura | | poco a poco sospirando; | | antes, cuando yo más blando, | | entonces ella más dura. | 30 | A casa quiero traella | | y reclinar en tu mano | | mi gozo más soberano: | | quizá tú podrás movella, | | siendo, como ella, cristiano; | 35 | y desde aquí te prometo | | que, si conduces a efecto | | mi amorosa voluntad, | | de darte la libertad | | y serte amigo perfecto. | 40 | | |
AURELIO | En todo lo que quisieres, | | he, señor, de complacerte, | | por ser tu esclavo y por verte | | que melindres de mujeres | | te tengan de aquesa suerte. | 45 | ¿De qué nación es la dama | | que te enciende en esa llama | | sin mirar a su interés? | | | |
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AURELIO | ¿Silvia? Una Silvia venía | | adonde yo cautivé, | | y, según que la miré, | | no en tanto allá se tenía. | | | |
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AURELIO | Si ella es, yo sé decir | | que es hermosa sin mentir, | | y que no es tan cruda altiva, | | que su condición esquiva | | a ninguno hace morir. | 60 | Traéla a casa, señor, luego, | | y ten las riendas al miedo; | | y tú verás, si yo puedo, | | cómo a mis manos y ruego | | amaina el casto denuedo. | 65 | | |
YZUF | Yo voy; y, mientras se ordena | | su venida, por estrena | | del contento que me has dado, | | yo diré a mi renegado | | que te quite esa cadena. | 70 | | |
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(Vase YZUF y queda AURELIO solo.) |
AURELIO | ¿Qué es esto, cielos? ¿Qué he oído? | | ¿Es mi Silvia? Silvia es, cierto. | | ¿Es posible, oh hado incierto, | | que he de ver quien me ha tenido | | vivo en muerte, en vida muerto? | 75 | Ésta es mi Silvia, a quien llamo, | | a quien quiero y a quien amo | | más que a todo lo del suelo. | | ¡Gracias hago y doy al cielo, | | que a los dos ha dado un amo! | 80 | Tregua tendrán mis enojos | | entre tanta desventura, | | pues, por estraña ventura, | | vendrán a mirar mis ojos | | tu sin igual hermosura. | 85 | Y si della está rendido | | mi amo, está conocido | | que quien la supo mirar | | es imposible escapar | | de preso o de malherido. | 90 | Y, pues que con tales bríos | | él descubre sus amores, | | si nos vemos, sus dolores | | se callarán y los míos | | te diré, que son mayores. | 95 | Y, mientras pudiere ver | | tu hermosura y gentil ser, | | templaré mi desconsuelo, | | hasta que disponga el cielo | | de entrambos lo que ha de ser. | 100 | | |
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(Vase AURELIO , y entran mercaderes moros, primero y segundo; y padre y madre y dos hijos cautivos. Un pregonero; MAMÍ , soldado cosario.) |
MERCADER [1.º] | En fin, Aydar, ¿que en Cerdeña | | habéis hecho la galima? | | | |
MAMÍ | Sí; y aun no de poca estima, | | según se vio en la reseña. | | | |
[MERCADER] 2.º | Dícennos que os dieron caza | 105 | de Nápoles las galeras. | | | |
MAMÍ | Sí dieron, mas no de veras, | | que el peso las embaraza. | | El ladrón que va a hurtar, | | para no dar en el lazo, | 110 | ha de ir muy sin embarazo | | para huir, para alcanzar. | | Las galeras de cristianos, | | sabed, si no lo sabéis, | | que tienen falta de pies | 115 | y que no les sobran manos; | | y esto lo causa que van | | tan llenas de mercancías, | | que, si bogasen dos días, | | un pontón no tomarán. | 120 | Nosotros, a la ligera, | | listos, vivos como el fuego, | | y, en dándonos caza, luego | | pico al viento y ropa fuera, | | las obras muertas abajo, | 125 | árbol y entena en crujía, | | y así hacemos nuestra vía | | contra el viento sin trabajo; | | y el soldado más lucido, | | el más flaco y más membrudo, | 130 | luego se muestra desnudo | | y del bogavante asido. | | Pero allá tiene la honra | | el cristiano en tal estremo, | | que asir en un trance el remo | 135 | le parece que es deshonra; | | y, mientras ellos allá | | en sus trece están honrados, | | nosotros, dellos cargados, | | venimos sin honra acá. | 140 | | |
MERCADER 1.º | Esa honra y ese engaño | | nunca salga de su pecho, | | pues nuestro mayor provech[o] | | nace de su propio daño. | | Un mozo de poca edad | 145 | destos sardos comprar quiero. | | | |
MAMÍ | Ya los trae el pregonero | | vendiendo por la ciudad. | | | |
[MERCADER] 2.º | ¿Hay españoles entre ellos? | | | |
MAMÍ | Sí hay; que también tomamos | 150 | una nave, y allí hallamos | | hasta viente y cuatro dellos. | | | |
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(Entra el pregonero, con el padre y la madre y los dos muchachos y un n[i]ño de teta a los pechos.) |
PREGONERO | ¿Hay quien compre los perritos, | | y el viejo, que es el perrazo, | | y la vieja y su embarazo? | 155 | Pues, ¡a fe que son bonitos! | | Déste me dan ciento y dos; | | déste docientos me dan; | | pero no los llevarán. | | ¡Pasá acá, perrazo, vos! | 160 | | |
HIJO | ¿Qué es esto, madre? ¿Por dicha | | véndennos aquestos moros? | | | |
MADRE | Sí, hijo; que sus tesoros | | los crece nuestra desdicha. | | | |
PREGONERO | ¿Hay quien a comprar acierte | 165 | el niño y la madre junto? | | | |
MADRE | ¡Oh amargo y terrible punto, | | más terrible que la muerte! | | | |
PADRE | ¡Sosegad, señora, el pecho; | | que si mi Dios ha ordenado | 170 | ponernos en este estado, | | Él sabe por qué lo ha hecho! | | | |
MADRE | Destos hijos tengo pena, | | que no sé por dónde han de ir. | | | |
PADRE | Dejad, señora, cumplir | 175 | lo que el alto cielo ordena. | | | |
[MERCADER] 1.º | ¿Qué han de dar déste, decí? | | | |
PREGONERO | Ciento y dos escudos dan. | | | |
MERCADER [2.º] | ¿Por ciento y diez darlo han? | | | |
PREGONERO | No, si no pasáis de ahí. | 180 | | |
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MERCADER [2.º] | [Ábrele la boca.] | Abre; no tengas temor. | | | |
HIJO | ¡No me la saque, señor; | | que ella mi[sma se cairá]! | | | |
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MERCADER [2.º] | ¿Piensa que sacalle quiero | 185 | el rapaz alguna muela? | | | |
HIJO | ¡Paso, señor, no me duela; | | tenga, quedo, que me muero! | | | |
MERCADER 2.º | Destotro, ¿cuánto dan dél? | | | |
PREGONERO | Docientos escudos dan. | 190 | | |
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[MERCADER] 1.º | Si te compro, ¿serás bueno? | | | |
HIJO | Aunque vos no me compréis, | | seré bueno. | | |
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HIJO | Ya lo soy, sin ser ajeno. | | | |
MERCADER 1.º | Por éste doy ciento y treinta. | | | |
PREGONERO | Vuestro es: venga el dinero. | | | |
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MADRE | El corazón me revienta. | 200 | | |
[MERCADER] 1.º | Comprad, compañero, esotro. | | Ven, niño, vente a holgar. | | | |
HIJO | No, señor; no he de dejar | | mi madre por ir con otro. | | | |
MADRE | Ve, hijo, que ya no eres | 205 | sino del que te ha comprado. | | | |
HIJO | ¡Ay, madre! ¿Habéisme dejado? | | | |
MADRE | ¡Ay, cielo, cuán crudo eres! | | | |
MORO | Anda, rapaz, ven conmigo. | | | |
HIJO | Vámonos juntos, hermano. | 210 | | |
HERMANO | No puedo, ni está en mi mano. | | | |
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MADRE | ¡Oh, mi bien y mi alegría, | | no se olvide de ti Dios! | | | |
HIJO | ¿Dónde me llevan sin vos, | 215 | padre mío y madre mía? | | | |
MADRE | ¿Quïeres que hable, señor, | | a mi hijo aun no un momento? | | Dame este breve contento, | | pues es eterno el dolor. | 220 | | |
MORO | Cuanto quisieres le di, | | pues será la vez postrera. | | | |
MADRE | Sí, pues ésta es la primera | | que en este trance me vi. | | | |
[HI]JO | Tenedme con vos aquí, | 225 | madre, que voy no sé dónde. | | | |
[MADRE] | La ventura se te asconde, | | [hi]jo, pues yo te pa[rí]. | | Hase escurecido el cielo, | | turbado los elementos, | 230 | conjurado mar y vientos | | todos en tu desconsuelo | | No conoces tu desdicha, | | aunque estás bien dentro della, | | puesto que el no conocella | 235 | lo puedes tener a dicha. | | Lo que te ruego, alma mía, | | pues el verte se me impide, | | es que nunca se te olvide | | rezar el Avemaría; | 240 | que esta reina de bondad, | | de virtud y gracia llena, | | ha de limar tu cadena | | y volver tu libertad. | | | |
MORO | ¡Mirad la perra cristiana | 245 | qué consejo da al muchacho! | | ¡Sí que no estaba él borracho | | como tú, sin seso, vana! | | | |
HIJO | Madre, al fin, ¿que no me quedo? | | ¿[Qu]e me llevan estos moros? | 250 | | |
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MADRE | Más miedo me queda a mí | | de verte ir donde vas, | | que nunca te acordarás | 255 | de Dios, de ti, ni de mí; | | porque esos tus tiernos años, | | ¿qué prometen sino [aqu]esto, | | entre inicua gente puesto, | | fabricadora de engaños? | 260 | | |
PREGONERO | ¡Calla, vieja y mala pieza, | | si no quieres, por más mengua, | | que lo que dice tu lengua | | que lo pague la cabeza! | | ¿Destotro hay quien me dé mas? | 265 | Que es mas bello y más lozano | | que no es el otro su hermano. | | | |
MERCADER 2.º | ¡Sus!, ¿en cuánto le darás? | | | |
PREGONERO | ¿No os he dicho que trecientos | | escudos de oro por cuenta? | 270 | | |
[MERCADER] 2.º | ¿Quies docientos y cincuenta? | | | |
PREGONERO | [Es] dar voces a los vientos. | | | |
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[MERCADER] 2.º | Enamorado me ha | | el donaire del garzón; | | yo los doy en conclusión. | 275 | | |
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HIJO | Señor, Francisco me llamo. | | | |
[MERCADER] 2.º | Pues que has mudado de amo, | | muda el Francisco en Mamí. | 280 | | |
HIJO | ¿Para qué es mudar el nombre, | | si no ha de mudar la fe? | | | |
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HIJO | No hay castigo que me asombre. | | | |
[MERCADER] 2.º | Alto, venidos tras mí. | 285 | | |
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HIJO | Eso no, señor patrón: | | Francisco me has de llamar. | 290 | | |
[MERCADER] 2.º | El palo os hará trocar | | el nombre y aun la intención. | | | |
HIJO | Pues me aparta el hado insano | | de vos, señor, ¿qué mandáis? | | | |
PADRE | Sólo, hijo, que viváis | 295 | como bueno y fiel cristiano. | | | |
MADRE | Hijo, no las amenazas, | | no los gustos y regalos, | | no los azotes y palos, | | no los conciertos y trazas, | 300 | no todo cuanto tesoro | | cubre el suelo, el cielo visto, | | te mueva a dejar a Cristo | | por seguir al pueblo moro. | | | |
HIJO | En mí se verá, si puedo, | 305 | y mi buen Jesús me ayuda, | | cómo en mi alma no muda | | la fe, la promesa o miedo. | | | |
PREGONERO | ¡Oh, qué cristiano se muestra | | el rapaz! Pues ¡yo os prometo | 310 | que alcéis con sancto aprïeto | | la flecha y la mano diestra! | | Estos rapaces cristianos, | | al principio muchos lloros, | | y luego se hacen moros | 315 | mejor que los más ancianos. | | | |
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(Sálense, y entran YZUF y SILVIA .) |
YZUF | Dejad, Silvia, el llanto agora; | | poned tregua al ansia brava, | | que no os compré para esclava, | | sino para ser señora. | 320 | Mirad que imagino y creo | | que vuestra gran desventura, | | para daros más ventura | | ha traído este rodeo. | | Con vos Fortuna en su ley | 325 | no usa de nuevas leyes: | | que esclavos se han visto reyes, | | aunque vos sois más que rey. | | Limpiad los húmedos ojos, | | que sujectan cuanto miran, | 330 | y, al tiempo que se retiran, | | llevan de almas los despojos; | | y no cubra el blanco velo | | esa divina hermosura, | | que es como la nieve pura, | 335 | que impide la luz del cielo. | | | |
SILVIA | Esme ya tan natural, | | señor, el llanto y tormento, | | que, si me deja un momento, | | lo tengo por mayor mal; | 340 | y, aunque así estoy, estaré | | alegre al obedeceros, | | pues distes tantos dineros | | por mí sin saber por qué; | | que, si acaso lo habéis hecho | 345 | pensando sacar de mí | | gran rescate, desde aquí | | se apoca vuestro provecho; | | porque os prometo, señor, | | que de miseria y pobreza | 350 | tengo cuanto de riqueza, | | si la riqueza es dolor; | | y de dolor soy tan rica, | | cuanto, por darme pasión, | | este caudal la ocasión | 355 | por puntos le multiplica. | | | |
YZUF | Silvia, vives engañada: | | que yo no quiero de ti | | | | sino que quieras de mí | | ser servida y respectada; | 360 | que el provecho que yo espero, | | Silvia, de haberte comprado, | | es ver tu rostro estremado | | y no doblar el dinero; | | que el Amor, que se mejora | 365 | en mostrar su fuerza brava, | | me ha hecho esclavo de mi esclava, | | esclava que es mi señora; | | y quedo tan satisfecho | | de perder la libertad, | 370 | que alabo la crueldad | | deste crudo y nuevo hecho. | | Y, porque lo que aquí digo | | lo entiendas, Silvia, mejor, | | nunca me llames señor, | 375 | sino siervo o caro amigo. | | | |
SILVIA | Aunque tamaña mudanza | | hace fortuna en mi estado, | | no creo se me ha olvidado | | el término de crianza. | 380 | Bien sé cómo he de llamarte, | | y sé que es de obligación | | que en lo que fuera razón | | procure de contentarte. | | | |
YZUF | Tu habla tan comedida, | 385 | tu donaire, gracia y ser, | | claro me dan a entender | | que eres, Silvia, bien nacida; | | y, aunque pudiera esperar | | de ti un rescate crecido, | 390 | a tal término he venido, | | que tú me has de rescatar. | | Mas, en tanto que a la clara | | veas cuanto hago por ti, | | ven, Silvia, vente tras mí: | 395 | verás a tu ama Zahara. | | | |
SILVIA | Vamos, señor, en buen hora. | | | |
YZUF | Silvia, no tanto «señor», | | pues mi ventura y amor | | os ha hecho a vos mi señora. | 400 | | |
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(Sale ZAHARA .) |
ZAHARA | Seáis, Yzuf, bien llegado. | | ¿Cúya es la esclava rumía? | | | |
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YZUF | Verdad es: yo la he comprado. | | | |
ZAHARA | Por cierto, la compra es bella | 405 | si cual hermosa es honesta. | | Decid, señor, ¿cuánto os cuesta? | | | |
YZUF | Dado he mil doblas por ella. | | | |
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YZUF | De muy rica tiene fama. | 410 | | |
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ZAHARA | ¿Es doncella o es casada? | | | |
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ZAHARA | ¿Cómo es eso, Silvia? Di. | | | |
SILVIA | Señora, ello es ansí, | 415 | que ansí lo quiso mi estrella. | | El cielo me dio marido, | | no para que le gozase, | | sino para que quedase | | yo perdida y él perdido. | 420 | | |
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(Aquí entra un moro diciendo:) |
MORO | Yzuf, a llamarte envía | | apriesa el rey nuestro, Azán. | | | |
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MORO | En Duán, | | metido en grande agonía. | | Amet, jenízar agá, | 425 | y los bolucos bajíes, | | y también los debajíes | | y oldajes están allá. | | Hanse juntado a consejo | | sobre que es averiguado | 430 | que el rey de España ha juntado | | de guerra grande aparejo. | | Dicen que va a Portugal, | | mas témese no sea maña; | | y es bien que tema su saña | 435 | Argel, que le hace más mal. | | En la guerra hay mil ensayos | | de fraude y de astucia llenos: | | acullá suenan los truenos | | y acá disparan los rayos. | 440 | | |
YZUF | Vamos: quel cielo, que toma | | por suya nuestra defensa, | | | | a España hará, con su ofensa, | | sujecta y sierva a Mahoma. | | Y vos, señora, ordenad | 445 | a Silvia lo que ha de hacer; | | y vos, Silvia, a su querer | | sujetad la voluntad. | | | |
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(Vanse los dos, y quedan SILVIA y ZAHARA solas.) |
ZAHARA | Cristiana, di: ¿de adónde eres? | | ¿Eres pobre, o eres rica? | 450 | ¿De suerte ensalzada, o chica? | | No me lo niegues, si quieres, | | porque soy, cual tú, mujer, | | y no de entrañas tan duras | | que tus tristes desventuras | 455 | no me hayan de enternecer. | | | |
SILVIA | Señora, soy de Granada, | | y de suerte ansí abatida, | | cual lo muestra el ser vendida | | a cada paso y comprada. | 460 | Dicen que fui rica un tiempo, | | pero toda mi riqueza | | se ha vuelto en mayor pobreza | | y ha pasado con el tiempo. | | | |
ZAHARA | ¿Has algún tiempo tenido | 465 | enamorado deseo? | | | |
SILVIA | Al estado en que me veo, | | el crudo Amor me ha traído. | | | |
ZAHARA | ¿Fuiste acaso bien querida? | | | |
SILVIA | Fuilo; y quise con ventaja | 470 | tal, que ap[e]na[s la m]ortaja | | borrará fe t[an su]bida. | | | |
ZAHARA | ¿Fuiste querida primero, | | o empezó el amor de ti? | | | |
SILVIA | Primero querida fui | 475 | del que quise, querré y quiero. | | | |
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SILVIA | Pues ¡qué!, ¿moro? | | ¡No sale de su decoro | | quien ha de cristiano el nombre! | 480 | | |
ZAHARA | ¿Y es pecado querer bien | | a un moro? | | |
SILVIA | Yo no sé nada; | | sé que es cosa reprobada, | | y a cristianas no está bien. | | | |
ZAHARA | ¿Y querer mora a cristiano? | 485 | | |
SILVIA | Eso tú mejor lo entiendes. | | | |
ZAHARA | ¡Ay, Silvia, cómo me ofendes | | y me lastimas temprano! | | | |
SILVIA | ¿Yo, mi señora? ¿En qué suerte? | | | |
ZAHARA | Escucha y te lo diré; | 490 | que, en oyéndome, bien sé | | que vendrás de mí a dolerte. | | «Has de saber, ¡oh Silvia!, que estos días | | partieron deste puerto con buen tiempo | | doce bajeles, de cosarios todos, | 495 | y con próspero viento caminaron | | la vuelta de las islas de Cerdeña; | | y allí, en las calas, vueltas y revueltas, | | y puntas que la mar hace y la tierra, | | se fueron a esconder, estando alerta | 500 | si algún bajel de Génova o de España, | | o de otra nación, con que no fuese | | francesa, por el mar se descubría. | | En esto, un bravo viento se levanta, | | que maestral se llama, cuya furia | 505 | dicen los marineros que es tan fuert[e], | | que las tupidas velas y las jarcias | | del más recio navío y más armado | | no pueden resistirla, y es forzoso | | acudir al abrigo más cercano, | 510 | si su rigor acaso lo concede. | | Las levanta[da]s ondas, el rüido | | del atrevido viento detenía | | los cosarios bajeles en las calas, | | sin dejarles salir al mar abierto; | 515 | y en otra parte, con furor insano, | | mostrando su braveza fatigaba | | una galera de cristiana gente | | y de riquezas llena, que, corriendo | | por el hinchado mar sin remo alguno, | 520 | venía a su albedrío, temerosa | | de ser sorbida de las bravas ondas; | | pero después, a cabo de tres días, | | del recio mar y viento contrast[a]d[a], | | | | descubrió tierra, y fue el descubrimiento | 525 | de su mayor dolor y desventura, | | porque a la misma isla de San Pedro | | vino a parar, adonde recogido[s] | | estaban los bajeles enemigos, | | los cuales, de la presa cudiciosos, | 530 | salen, y de furor bélico armados, | | la galera acometen destrozada | | y de solos deseos defendida. | | Una pelota pasa en el momento | | al capitán el pecho, y a su lado | 535 | del lusitano fuerte, muerto cae | | un caballero ilustre valenciano. | | El robo, las riquezas, los cativos | | que los turcos hallaron en el seno | | de la triste galera me ha contado | 540 | un cristiano que allí perdió la dulce | | y amada libertad, para quitarla | | a quien quiere rendirse a su rendido.» | | Este cristiano, Silvia, este cristiano; | | este cristiano es, Silvia, quien me tiene | 545 | fuera del ser que a moras es debido, | | fuera de mi contento y alegría, | | fuera de todo gusto, y estoy fuera, | | que es lo peor, de todo mi sentido. | | Compróle mi marido, y está en casa; | 550 | y, puesto que con lágrimas y ruegos, | | con sospiros, ternezas y con dádivas, | | procuro de ablandar su duro pecho, | | al mío, que contino es blanda cera, | | el suyo se me muestra de diamante; | 555 | ansí que, Silvia, hermana, como has dicho | | que al cristiano no es lícito dé gusto | | en cosas del amor a mora alguna, | | tus razones me tienen ofendida, | | y con aquesas mesmas se defiende | 560 | Aurelio, a quien ha hecho tan cristiano | | el cielo para darme a mí la muerte. | | | |
SILVIA | ¿Aurelio dices que por nombre tiene, | | señora, ese cristiano? | | |
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[SILVIA] | La galera que dices, según creo, | 565 | se llamaba San Pablo, y era nueva | | y de la sacra religión de Malta. | | Yo en ella me perdí, y aun [ima]gino | | que conozco a ese Aurelio, y es un mozo | | de rostro hermoso y de nación hispan[a]. | 570 | | |
ZAHARA | Sin duda has acertado, ¡ay, Silvia mía! | | ¿Quién es este enemigo de mi gloria? | | ¿Es caballero, o rústico villano? | | Que todo lo parece en su apostura | | y dura condición: el talle ilustre, | 575 | de la ciudad; la condición, del monte. | | | |
SILVIA | A mí, pobre escudero me parece, | | según en la galera se trataba; | | que de su hacienda no sé más, señora. | | | |
ZAHARA | Ni yo sé qué te diga, ¡oh Silvia, Silvia!, | 580 | sino que a tal estremo soy venida, | | que le tengo de amar, sea quien se fuere. | | Sólo te ruego que procures, Silvia, | | de ablandar esta tigre y fiera hircana, | | y atraerla con dulces sentimientos | 585 | a que sienta la pena que padece | | esta mísera esclava de su esclavo; | | y si esto, Silvia, haces, yo te juro | | por todo el Alcorán de buscar modo | | cómo con brevedad alegre vuelvas | 590 | al patrio dulce suelo deseado. | | | |
SILVIA | Deja, señora, al cargo a Silvia dello, | | que tu verás lo que mi industria hac[e] | | por gusto tuyo y por provecho mío. | | | |
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( AURELIO , solo.) |
[AURELIO] | ¡Oh sancta edad, por nuestro mal pasada, | 595 | a quien nuestros antiguos le pusieron | | el dulce nombre de la Edad dorada! | | ¡Cuán seguros y libres discurrieron | | la redondez del suelo los quen ella | | la caduca mortal vida vivieron! | 600 | No sonaba en los aires la querella | | del mísero cautivo, cuando alzaba | | la voz a mal[decir su] dura estrella. | | Entonces libert[ad d]ulce reinaba | | y el nombre odioso de la servidumb[r]e | 605 | en ningunos oídos resonaba. | | Pero, después que sin razón, sin lumbre, | | ciegos de la avaricia, los mortales, | | cargados de terrena pesadumbre, | | descubrieron los rubi[o]s minerales | 610 | del oro que en la tierra se escondía, | | ocasión principal de nuestros males, | | | | este que menos oro poseía, | | envidioso de aquel que, con más maña, | | más riquezas en uno recogía, | 615 | sembró la [c]ruda y la mortal cizaña | | del robo, de la fraude y del engaño, | | del cambio injusto y trato con maraña. | | Mas con ninguno hizo mayor daño | | que con la hambrienta, despiadada guerra, | 620 | que al natural destruye y al estraño. | | Ésta consume, abrasa, y echa por tierra, | | los reinos, los imperios populosos, | | y la paz hermosísima destierra, | | y sus fieros ministros, codiciosos | 625 | más del rubio metal que de otra cosa, | | turban nuestros contentos y reposos. | | Y, en la sangrienta guerra peligrosa, | | pudiendo con el filo de la espada | | acabar nuestra vida temerosa, | 630 | la guardan de prisiones rod[e]ada, | | por ver si prometemos por libralla | | nuestra pobre riqueza mal lograda. | | Y así, puede el que es pobre y que se halla | | puesto entre esta canalla al daño cierto | 635 | su libertad a Dios encomendalla, | | o contarse, viviendo, ya por muerto, | | como el que en rota nave y mar airado | | se halla solo, sin saber dó hay puerto. | | Y no tengo por menos desdichado | 640 | al que tiene [co]n qué y el modo ignora | | [có]mo llegar al punto deseado, | | porque esta gente, do bondad no mora, | | no dio jamás palabra que cumpliese, | | como falsa, sin ley, sin fe y traidora. | 645 | Guardará por su dios al interese, | | y do éste no i[nt]erviene, no se espere | | que por sol[a vir]tud bondad hiciese. | | Aquí en diverso traje veo que muere | | el ministro de Dios, y por su oficio | 650 | más abatido es, peor se quiere, | | y el mancebo cristiano al torpe vicio | | es dedicado desta gente perra, | | do consiste su gloria y ejercicio. | | ¡Oh cielo santo! ¡Oh dulce, amada tierra! | 655 | ¡Oh Silvia! ¡Oh gloria de mi pensamiento! | | ¿Quién de tu alegre vista me destierra? | | Pero, si no me engaño, pasos siento. | | Yzuf, mi amo, es éste que aquí viene. | | ¡Cuán ajeno de sí le trae el tormento! | 660 | | |
YZUF | Quien con amor amargo se entretiene, | | y al duro yugo de su servidumbre | | el flaco cuello ya inclinado tiene, | | si del cielo no viene nueva lumbre | | que aquella ceguedad de los sentidos | 665 | con claros rayos de razón alumbre, | | todos estos remedios son perdidos; | | que al fin irán por tierra derribados | | los amigos consejos más sabidos. | | Más viejos y más pláticos soldados | 670 | tiene el rey a su mando y su servicio; | | déjeme a mí, que tengo otros cuidados; | | mejor será que el trabajoso oficio | | de reparar los fosos y muralla | | entregue al que de Amor aún es novic[io]; | 675 | que yo más cruda y más fiera batalla | | espero a cada paso, ¡ay suerte dura!, | | que teme el alma y ha de atropellalla. | | ¡Oh Silvia, reina de la hermosura!, | | por vos a los oficios doy de mano | 680 | que pudieran honrarme y dar ven[tura]. | | Pero, ¿qué es lo que he dicho? ¡Oh ciego in[sano!] | | ¿No vale más gozar de aquellos ojos, | | que ser señor del áureo suelo hispano? | | Tu beldad, Silvia, adoro aquí de hinojo[s]. | 685 | | |
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( AURELIO vuelve y, hallándole de rodillas, le dice:) |
[AURELIO] | ¿Son éstos los despojos, señor mío, | | que el gran cuidado mío te procura? | | Por cierto que es locura averiguada | | mostrar tan derribada la esperanza. | | Ten, señor, confianza; espera un poco, | 690 | que das muestras de loco en lo que ha[ces]. | | | |
YZUF | Poco me satisfaces y contentas, | | si consolarme tientas con razones. | | ¿Has visto las faciones de mi diosa? | | | |
AURELIO | Señor, no he visto cosa. ¿Es ya venida? | 695 | Si lo es, retraída está allá dentro. | | | |
YZUF | Sí está, y aun en el centro de mi pe[cho]. | | | |
AURELIO | Ten cierto tu provecho desde hoy más. | | | |
YZUF | Vamos, y verla has, y ten cuidado | | de lo que te he rogado, Aur[elio amigo]. | 700 | | |
AURELIO | El cielo será dello [buen testigo]. | | | |
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(Vanse, y sale FÁTIMA sola.) |
[FÁTIMA] | El esperado punto es ya llegado | | que pide la no vista hechicería | | para poder domar el no domado | | pecho, que domará la ciencia mía. | 705 | Por la región del cielo, el estrellado | | carro lleva la noche obscura y fría, | | y la ocasión me llama do haré cosas | | horrendas, estupendas, espantosas. | | El cabello dorado al aire suelto | 710 | tiene de estar, y el cuerpo desceñido, | | descalzo el pie derecho, el rostro vuelto | | al mar adonde el sol se ha zabullido; | | al brazo este sartal será revuelto | | de las piedras preñadas que en el nido | 715 | del águila se hallan, y esta cuerda | | con mi intención la virtud suya acuerda. | | Aquestas cinco cañas, que cortadas | | fueron en luna llena por mi mano, | | en esta mesma forma acomodadas, | 720 | lo que quiero harán fácil y llano; | | también estas cabezas, arrancadas | | del jáculo, serpiente, en el verano | | ardiente allá en la Libia, me aprovechan, | | y aun estos granos si en el suelo se echan. | 725 | Esta carne, quitada de la frente | | del ternecillo potro cuando nace, | | cuya virtud rarísima, excelente, | | en todo a mi deseo satisface, | | envuelta en esta yerba, a quien el diente | 730 | tocó del corderillo cuando pace, | | hará que Aurelio venga cual cordero | | mansísimo y humilde a lo que quiero. | | Esta figura, que de cera es hecha, | | en el nombre de Aurelio fabricada, | 735 | será con blanda mano y dura flecha, | | por medio el corazón atravesada. | | Quedará luego Zahara satisfecha | | de aquella voluntad desordenada, | | y el helado cristiano vendrá luego | 740 | ardiendo en amoroso y dulce fuego. | | [A vosotros, ¡oh] justos Radamanto | | [y Minos!, que con leyes inmutables] | | en los escuros reinos del espanto | | regís las almas tristes miserables; | 745 | si acaso tiene fuerza el ronco canto | | o mormurio de versos detestables, | | por ellos os conjuro, ruego y pido | | ablandéis este pecho endurecido. | | ¡Rápida, Ronca, Run, Raspe, Riforme, | 750 | Gandulandín, Clifet, Pantasilonte, | | ladrante tragador, falso triforme, | | herbárico pastífero del monte, | | Herebo, engendrador del rostro inorme | | de todo fiero dios, a punto ponte | 755 | y ven sin detenerte a mi presencia, | | si no desprecias la zoroastra ciencia! | | | |
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(Sale un DEMONIO y dice:) |
[DEMONIO] | La fuerza incontrastable de tus versos | | y mormurios perversos me han traído | | del reino del olvido a obedecerte; | 760 | mas, ¡oh mora!, quel verte en esta empresa | | infinito me pesa, porque entiendo | | que es ir tiempo perdiendo. | | |
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DEMONIO | Pon al conjuro pausa, y al momento | | satisfaré tu intento en lo que pides, | 765 | si acaso tú te mides y acomodas | | a mis palabras todas y consejos. | | Todos tus aparejos son en vano, | | porque un pecho cristiano, que se ar[r]ima | | a Cristo, en poco [esti]ma hechicerías. | 770 | Por muy diversas vías te con[v]iene | | atraerle a que pene por tu amiga. | | | |
FÁTIMA | ¿Ansí questa fatiga no aprovecha? | | | |
DEMONIO | En balde ha sido hecha. Mas escucha, | | que con presteza mucha y sin rodeo | 775 | cumplirás tu de[se]o [e]n este modo: | | en el infierno [todo n]o hay quien haga | | más cruda y fiera [pl]aga entre cristianos, | | aunque muestren más sanos corazones | | y limpias intenciones, que es la dura | 780 | necesidad que apura la paciencia; | | no tiene resistencia esta pasión; | | la otra es la ocasión. Si estas dos vien[en] | | y con Aurelio tienen estrecheza, | | verás a su braveza derribada | 785 | y en blandura tornada, y con sosiego, | | [reg]alarse en el fuego d[e Cup]ido. | | | |
FÁTIMA | [Pues esas dos te pido que me invíes], | | | | y que no te desvíes desta empresa. | | | |
[DEMONIO] | Tu mandado se hará con toda priesa. | 790 | | |
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(Vanse.) |